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La danza del vientre es un baile originario de las culturas árabes, es una técnica milenaria de preparación para el parto. Carolina Varga Dinicu, bailarina marroquí y aficionada a la antropología cuenta que muchos movimientos han sido utilizados para facilitar el alumbramiento. Aprendidos desde niñas, honraban a la madre tierra y a las diosas de la fertilidad. Durante el parto las mujeres de la tribu rodeaban a la parturienta, acompañándola con la danza ondulante. Al parir sonaban los zagarits (gritos agitando la lengua) de las mujeres y bailaban celebrando este hermoso milagro de la vida.
Favorece la percepción del equilibrio y una correcta alineación corporal disminuyendo el dolor de la zona lumbar
Da mayor movimiento,elasticidad y tono al suelo pélvico, trabajando conjuntamente con los músculos abdominales necesarios en el parto y en la recuperación puerperio.
Mejora la percepción del propio cuerpo. Las visualizaciones dirigidas al vientre, pelvis y genitales ayudan a armonizar el pensamiento y a valorar positivamente la percepción de estas zonas, cargadas en algunas ocasiones de connotaciones negativas por motivos culturales.
Combinada con respiración consciente mejora la circulación uterina, mejorando la oxigenación del bebe dentro del vientre materno.
Los beneficios no son sólo para la madre sino también para el bebé, quien se siente arrullado por la música y los movimientos de la pelvis oscilante de su madre.
Potencia el sentimiento de seguridad y autoestima. Por último, aporta un momento de diversión, comunicación y encuentro con otras embarazadas.
Mejora el estado de ánimo. Conecta a la gestante con la belleza de su fuerza creadora y femenina en medio de todo el proceso de cambios físicos y emocionales en el que se encuentra.
Durante la dilatación, los movimientos en forma de círculo o de ochos tumbados y los balanceos facilitan el descenso del bebé por el canal del parto, a la vez que ayudan a entrar en un estado de conciencia adecuado para mantener una atención hacia el interior.
En el puerperio las sesiones de danza la contactan de vuelta con su cuerpo no-embarazado, recupera el tono de la musculatura general y en especial del suelo pélvico mas rápido . Reduce el riesgo de sufrir una depresión postparto.
La danza oriental es una forma de reconciliación con nuestro cuerpo, especialmente con el lugar sagrado que es el vientre y útero como fuente de creación.