La Tienda Roja, el poder ancestral femenino.
- dra Mariela Reising
- 10 may 2017
- 2 Min. de lectura

Recomendación Netflix, La tienda roja ( The Red Tent ,basado en el libro de Anita Diamant, ) cuenta la historia desde la mirada femenina de la civilización en tiempos bíblicos. Dinah es la voz del mundo femenino en la época del Antiguo Testamento. Hija del poderoso patriarca, Jacob (mencionada sólo al pasar en la Biblia). Tuvo 4 « madres » Lía, quien la dio a luz, Raquel, Zilpa y Bilhá y 12 hermanos. Creció bajo la tienda roja, sitio exclusivo para las mujeres del pueblo donde se recluían durante su ciclo menstrual. En este espacio sagrado celebraban la feminidad de cada mujer, la Luna Nueva, parían, idolatraban a sus Dioses y contaban sus amores .De esa experiencia, Dinah, heredó su oficio de partera y sanadora con plantas, que la acompañarían lejos en Egipto y del cual renegó en principio. Se le retrata como mujer fuerte, enamorada, segura, a la que se le rompe el corazón y recurre a la resiliencia y el perdón.“La tienda roja”, la serie amena de dos horas nos introduce en el riquísimo mundo ancestral del matriarcado, lo sagrado femenino, la medicina de las plantas, el parto, el círculo de mujeres y el linaje materno en una tradición judeocristiana donde la voz de la mujer estaba vedada.
En muchos países se han adoptado las Carpas Rojas, Red Tent Temple Movement, para mujeres que atraviesan el período de menstruación, también menopausia época llena de sabiduría por haber atravesado los distintos ciclos femeninos.Las terapeutas especializadas en ginecología natural, reconocen el poder liberador integral de la mujer y la sanación espiritual, emocional y física, colaborando para el alivio del síndrome premenstrual, la menopausia y trastornos ginecológicos. También se han adoptado los círculos de mujeres y sanaciones del útero en nuestro país. No es un lugar de exclusión, sino un “volver al poder” para compartir espacios sagrados, rescatar las tradiciones ancestrales en las cuales la sabiduría de la Mujer era pasada de generación en generación y compartida en hermandad. Las mujeres tenemos mucho que decir sobre la sexualidad, nuestra salud y placer. Hay que lograr que las mujeres podamos desestigmatizar y liberar prejuicios que pesan sobre nuestra corporalidad y nuestra sangre.
«Las mujeres aprenden a través de la conversación. Las historias de las mujeres pueden inspirar respuestas del tipo: « ¡Si ella puede hacerlo, yo también!». Igualmente pueden servir de advertencia para actuar con cautela; una mujer escucha y se toma en serio lo que oye: «Lo que ha ocurrido podría ocurrirme a mí». Las mujeres siempre han intercambiado, además, información práctica, desde recetas de cocina a referencias profesionales. En las conversaciones entre mujeres, el apoyo nace de la empatía y es real, se resuelven problemas y el estrés se alivia; es para lo que, como género, tenemos un talento natural, lo cual ha fomentado en nosotras nuestros roles sociales, sobre todo el de madres. La charla de las mujeres establece conexiones simétricas, en lugar de jerarquizadas, y una forma de construir consensuada; ambos, elementos necesarios para la cooperación y la colaboración» .Jean Shinoda Bolen en Mensaje urgente a las mujeres

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